Al día siguiente de coronar Mont Ventoux, tras el obligatorio desplazamiento a Saint Jean de Maurienne, en pleno corazón de los Alpes, pudimos disfrutar de una de las ascensiones más increíbles de nuestro Desafío Alpes 2013: La Croix de Fer, que arrancaba además justo delante de nuestro hotel, y de remate el Col du Glandon.

El Hotel L’Europe, nuestra base, estaba justo en la salida de Saint-Jean-de-Maurienne en dirección Croix de Fer
Como las personas, cada montaña tiene su propia personalidad y muestra una cara diferente al montañero de chiruca o bicicleta según la vertiente por la que se la aborda. La vertiente norte de la Croix de Fer muestra su cara más escarpada.
Tras superar los duros primeros cuatro kilómetros, pedaleando por la D926 colgada sobre la garganta que ha ido excavando el rio Arvan, al ritmo alegre de la bicicleta en la fresca mañana, iban desfilando ante nuestros ojos La Toussuire, la imponente Crêt de Georgillon, el Col du Mollard, la Crête de Chenallin y las omnipresentes Aiguilles (agujas) d’Arves, vigilantes en la distancia de todo nuestro periplo. Pasado Le Cret se cruza un puente impresionante en curva y otros cinco kilómetros con pendientes del 7,5% al 9,3% ralentizan nuestra marcha, aún más, para que nos empapemos bien del espectáculo natural. Superados ya los 1200 metros de altitud, una sucesión de túneles bien iluminados nos conducen al Valle de Arves, remontando el río del mismo nombre cuyas aguas tumultuosas y grises de minerales nos impresionaron.
Atravesando placidamente la villa de Saint-Jean-d’Arves llegamos a la más populosa de Saint-Sorlin-d’Arves donde recargamos nuestros bidones en su fresca fuente. Pronto la carretera se vuelve a empinar para que entregemos nuestro tributo en forma de sudor al gigante de la montaña en los siguientes 7 kilómetros descarnados de paisaje abrupto de la alta montaña, con las 9 nueve revueltas que, ora a la izquierda, ora a la derecha, regalan una vista cada vez más impresionante del valle y sus poblaciones y las Agujas d’Arves.

En la subida se disfruta de esta vista del valle, el animado Saint-Sorlin-d’Arves y más al fondo Saint-Jean-d’Arves
El sufrimiento cede un poco, cuando pasas sobre el Lago Le Laitelet, a poco más de un kilómetro de la cima, donde se divisa el paso y ya comienzas a disfrutar de esas últimas pedaladas impagables que conducen a la cumbre, al descanso (breve) y la celebración en el bar con una coca cola bien fresca (más los abrazos, las fotos, etc.).
A 2067 metros de altitud, se siente una especie de discreta euforia, de camaradería hacia todos los ciclistas que van asomando por la cumbre fatigados y sudorosos. Pero en el caso de la Croix de Fer además valoras que te ha entregado en bandeja un puerto mítico de 1924 metros de altitud, el Col du Glandon que ganaríamos en apenas 2700 metros de descenso y una rampa de 100 metros de subida que se sube prácticamente con el impulso.

El gesto no se sabe si es de chulería por haber coronado el Glandon sin un simple resoplido o de concentración previa a un descenso que se aventuraba complicado.

Puede adivinarse la Croix de Fer al fondo. En primer plano, una placa en recuerdo a los maquis que lucharon en la SGM en esta zona, en el mismo Col du Glandon.
Y, de postre, el descenso del Glandon hacia La Chambre. Vertiginoso quizás sea decir poco. Los primeros 8 kilómetros ponen a prueba la sangre fría del ciclista más bragado y los frenos de las máquinas: carretera estrecha, firme que engaña a la vista (está bien pero hay parches de tantos colores que nunca sabes a ciencia cierta donde pisas), rampas continuas por encima del 10% y curvas muy cerradas se suceden unas tras otras hasta Saint Colomban de Villards donde la carretera ya se domestica y dobla su anchura para poder disfrutar de la pendiente mantenida hasta el final.
- El arranque es espeluznante…
- Las carretera serpentea por la falda de la montaña
- una vista impresionante… cuando puedes levantar la vista de la carretera
- Una revuelta de la docena que puebla la salida
Este descenso lo realizarán en la etapa 19 del Tour 2013, después de subir la vertiente sur del Glandon desde L’Bourg-d’Oissans, una vertiente que recorrí en coche camino de esta población para hacer el Alpe d’Huez y que puedo certificar que es durísima en un par de tramos muy bien identificables: el primero desde la salida de Allemont hasta el pueblo de La Riviere de Allemont en el kilómetro 10.3 donde tras un descanso tendrán que afrontar el segundo, desde el puente del kilómetro 14.6 a la Presa de la Grand Maison (casi 6 km endiablados con pendiente media rondando el 9%). Un buen espectáculo: esta subida, de arrancada, con apenas 4 kilómetros de falso llano antes de Allemont, puede a dar guerra. Recapitulando, hay tres posibles subidas al Glandon: desde Saint-Jean-de-Maurienne (vía Croix de Fer, que hicimos nosotros), desde La Chambre (la más dura) y desde Bourg-d’Oisans como harán en el Tour.
En Saint Etienne de Cuines, otro pueblo engalanado para el paso del Tour 2013, me esperaba Javier y dimos cuenta de sendos bocatas de jamón y queso del país con una soberbia Leffe rubia antes de continuar hacia La Chambre para retornar hacia Saint-Jean-de-Maurienne, no tan tranquilamente por la tormenta que se formaba a nuestras espaldas y que descargó justo cuando entrábamos en nuestro “cuartel general” en el Hotel Europe.

Saint-Jean-de-Maurienne, capital mundial de los ciclo-escaladores, un cyclogrimpeur posa orgulloso, contemplando pedir asilo político allí si España continúa siendo el patio de recreo carpetovetónico de corruptos anti-bicicleta sin rubor ni glamour.
- Fecha de la ascensión 7 de Julio de 2013.
- Altimetría: gracias a altimetrias.net.
- Fotos: factura propia.
Muy interesante y útil tu entrada,estoy preparando un viaje para subir los grandes puertos del Tour en bicicleta y me ha sido de gran provecho. Sin embargo, me preocupa una cuestión que espero que me puedas resolver a raíz de tu experiencia: ¿Hay facilidades para guardar la bici en sitios seguros en los hoteles que visitaste?.
Muchas gracias.
Gracias por tus amables palabras. Me encanta servir de ayuda a otros «cicloturistas de puertos míticos».
Respecto al asunto de guardar las bicis, por allí es un ‘must’ para un hotel. Muchos tienen espacios cerrados preparados con ganchos, para colgar bicis, bombas, espacios para la limpieza, etc. Otros, simplemente te la dejan subir a la habitación. Una solución u otra te la encuentran. No me importaría aconsejarte algún sitio si me dices tu plan ¡Gracias por comentar!
Perfecto, muchas gracias por el consejo porque me tenía algo preocupado. De momento estoy seleccionando los puertos que subiremos pero imagino que sobre todo estaremos en San Michel de Maurienne y Briançon, según estoy viendo.
Yo estuve en Saint Jean de Maurienne, en el Logis Hôtel de l’Europe, que está justo delante de la salida hacia la Croix de Fer por la vertiente que subimos. Es un pueblo bien equipado y más grande que San Michel de Maurienne… lo que hay que tener en cuenta porque esos pueblos son un poco, como decirlo sin ofender, «demasiado tranquilos».